Los incendios de Galicia y Tres Cantos revelan una cruda realidad: vivir cerca de un monte en España ya es un riesgo
El verano es tiempo de descanso, playa, helados, con suerte algún viajecito a un lugar de climatología más amable y días de terraceo con los amigos. Si hablamos de poblaciones próximas a bosques o masas arbóreas también es sinónimo de algo más: angustia. Lo vivió Galicia en un caluroso octubre de 2017, cuando las llamas llegaron a zonas habitadas y obligaron a los vecinos a salir de casa con cubos de agua, y acaba de recordarlo Tres Cantos, en Madrid. Aunque allí el paisaje es distinto, el fu…